El niño y el buitre





El niño y el buitre
Kevin Carter
1993

Un hombre sudafricano de raza blanca observa cómo una niña africana yace exhausta de hambre ante la mirada expectante de un buitre. Algunos piensan que quizás el buitre espere su muerte y otros, que tan sólo esperaba sus excrementos. El hombre blanco toma fotografías durante 20 minutos esperando alguna reacción de la niña o del buitre. No pasa nada y decide marcharse llevándose aun así, una de las fotografías más dolorosas e icónicas que todos recordamos. Llego a ser portada de The New York Times y acabó ganando un premio Pulitzer. Lejos de disfrutar el éxito profesional y los aplausos que le llegaban del otro lado del Átlántico, a los dos meses de recibir el premio en Nueva York, el fotógrafo se suicidó.

“El niño y el buitre” se convirtió en todo un icono de la hambruna en el África profunda como alegoría directa de lo que estaba ocurriendo en Sudán. El niño era el problema de la pobreza y el hambre; el buitre, la terrible estampa del capitalismo; y el fotógrafo, la indiferencia de la sociedad.

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